Hoy he tenido mi primera clase. La impresión, en general, ha sido más bien regular: ya había mini grupitos hechos (como siempre), he llegado un poco tarde y he tenido que sentarme sola (cosa que tampoco me importa mucho, casi que lo prefiero), y el temario de hoy ha sido un poco de repaso de una de mis asignaturas del año pasado, así que tampoco nada nuevo (menos mal que son cosas que me interesan y no me importa darlas otra vez…). Al menos he hecho dos nuevos amigos: Felicien, un chaval de Ruanda, al este de África; y una muchacha francesa de la que no recuerdo el nombre ahora mismo (tanta gente nueva…).
Lo mejor es que las clases son justo dentro de un jardín botánico al lado de Slottskogen, así que árboles y flores no me faltan. Veremos a ver qué pasa en la clase de mañana.
Al salir de clase he ido a ver a Marie Lenngren, mi coordinadora Erasmus, para conseguir mi nombre de usuario y contraseña para entrar en la página de la Universidad, y también para preguntarle por los mejores bancos de por aquí para abrirme una cuenta. Justo después ha sido llegar a casa, comer unos macarrones rápido, e ir a la otra punta de la ciudad buscando una supuesta “feria de libros de segunda mano” que iba a haber en uno de los edificios de Chalmer’s, con la intención de vender un libro de economía que tenía en mi habitación y comprar así los libros que me hacen falta a mí, pero cuando he llegado ya había terminado, porque no había nadie… así que decidí aprovechar el viaje e ir al centro comercial de al lado de la estación, donde hay una tienda de electrodomésticos/aparatos de cocina, etc. bastante barata (Clas ohlson).
Pero en el bus de camino a allí, así como quien no quiere la cosa, un hombre se levantó de su asiento y vomitó en el suelo. Sí, me salpicó a mí. Fue tal el shock que no se me ocurría cómo ayudarlo (no tenía ni agua, ni algún pañuelo… no sabía qué hacer), así que me bajé del bus, me limpié como pude en un baño y dejé la idea de ir al Lidl después de Clas ohlson, aunque sí fui a este último (el destino no quería que aprovechase ese viaje, pero lo hice). Por 437 coronas (unos 48€) me compré un exprimidor eléctrico, una batidora y una sandwichera, así que me sentí un poco más a gusto.
Volví a casa, me duché, me cambié de ropa y fui al Lidl con la intención de comprar cosillas para intentar hacer una sopa y tener así ya la comida para mañana. Compré puerro, zanahorias, cebolla, ajo, curry… pero conforme iba haciéndola, menos me iba convenciendo (tenía un montón de tropezones… y yo odio los tropezones). Estas cosas os parecerán una tontería, pero para mí es una decepción muy grande que no me haya salido tal y como me esperaba….
La buena noticia es que por fin conocí a mis vecinos! De hecho parece que se pusieron de acuerdo para visitar la cocina uno detrás de otro y presentarse. Resulta que tengo al lado a un sueco (Esteffan o algo así) y encima a un muchacho con el pelo largo que parece chino, pero no estoy muy segura aún (no paraba de hablar él… así que no pude preguntar). Es lo que peor llevo, la cocina, porque está bastante sucia y es bastante triste (muy pequeña, casi no pueden estar dos personas usándola a la vez). Para alguien a quien le gusta tanto cocinar y pasar tiempo en la cocina, es una absoluta decepción. De momento aguanto, pero cómo echo de menos mi cocina del año pasado…
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